1 No habré de gloriarme jamás, ¡oh Dios mío!,
De aquellos deberes que un día cumplí;
Mi gloria era vana; tan sólo confío
En Cristo y su sangre vertida por mí.
2 Por fe conociendo su amor que redime,
Hoy llamo tinieblas lo que antes mí luz;
Mi propia justicia se torna en oprobio,
Y pongo mis glorias al pie de la cruz.
3 Sí, todo lo estimo cual pérdida vana,
Y acepto las obras del buen Salvador;
¡Oh, pueda anidarse mi alma en su seno,
Vivir de su vida, gozar de su amor!
4 Por más que a tus leyes viviera sumiso,
No pude, Dios mío, llegar hasta Ti;
Mas sé que en tu gracia la fe me habilita,
Si alego las obras de tu Hijo por mí.
Source: Culto Cristiano #226