1 En el seno de mi alma una dulce quietud,
Se difunde embargando mi ser,
Una calma infinita que sólo podrán,
Los amados de Dios comprender.
Refrain: ¡Paz!, ¡paz!, ¡cuán dulce paz!,
Es aquella que el Padre me da;
Yo le ruego que inunde por siempre mi ser,
En sus ondas de amor celestial.
2 Qué tesoro yo tengo en la paz que me dio,
Y en el fondo del alma ha de estar
Tan segura que nadie quitarla podrá,
Mientras miro los años pasar. [Refrain]
3 Esta paz inefable consuelo me da,
Descansado tan solo en Jesús,
Y ningunos peligros mi vida tendrá,
¡Si me siento inundado en su luz! [Refrain]
4 Sin cesar yo medito en aquella ciudad,
Do al Autor de la paz he de ver,
Y en que el himno más dulce que allí he de cantar,
Al estar con Jesús ha de ser. [Refrain]
5 Alma triste que en rudo conflicto te ves,
Sola y débil tu senda al seguir,
Haz de Cristo el amigo, pues fiel siempre es,
¡Y su paz tú podrás recibir! [Refrain]
Source: Cantos Espirituales: para usarse en todos los servicios de la iglesia de Cristo (3rd rev. ed.) #92